miércoles, 9 de enero de 2013

El principio de la subsidariedad

¿Qué es eso? ¿Quién lo formuló? ¿Es obligatorio en conciencia?


He leído en cartas a los lectores una carta que incide en un tema crucial a tenor de la reinvindicación de la independencia de Catalunya. En 'Reflexión sobre Cataluña. Será interdependiente, nunca independiente' los tres autores de esta carta apelan al vocablo interdependencia, lo razonan, lo fundamentan y lo distinguen del afirmado -y concedido en base a la libertad de expresión hasta cierto punto- independencia de Catalunya. Desde luego no por mí. Pues se trata de una expresión no fundamentada en la verdad histórica sino en una pretensión política a la desesperada un tanto pueril. Mi identidad catalana no es asunto opinable y menos discutible por nadie. Y menos en Catalunya. Es una identidad que se afirma por sí misma con mi sola presencia, sin necesidad de ningún amparo de partido político que se autoerija en detentor de la misma .Es decir no es definible en términos de independencia si independencia no.
La Historia es un cúmulo sucesivo de la historia concreta de épocas anteriores, con situaciones de esplendor, de decadencia, de armonía y de enfrentamientos en todas partes. Yo formo parte de su gestión en la medida que me implico con mi vida en la aportación no exclusiva ni excluyente de la de los demás, en términos evangélicos de amor al prójimo.
Podemos estar horas, días y años argumentando. Podemos estar siempre en mera dialéctica. Igual ésta no lleva al enfrentamiento. Pero sin duda a donde sí conduce es a la pérdida del tiempo, de mi tiempo si entro en ella, rizando el rizo en algo parecido a los debates futbolísticos post partido. Recuerdo esos debates cuando era niño. Bastaba acercarse a la Plaza Catalunya de Barcelona al inicio de las Ramblas. Era curioso y patético observar como hombres de todas las edades se autoafirmaban a sí mismos sin que en ningún momento se produjese un mínimo diálogo entre afirmaciones no acaloradas como aquellas y escucha activa de la opinión de otros ciudadanos, cosa ésta última que nunca observé. Es decir no había el más mínimo interés por dialogar. Sólo el del desfogue descerebrado en la autoafirmación.
La política hoy, por lo menos en España y en concreto en Catalunya, se parece a eso. El periodismo de opereta en cantidad de emisoras televisivas induce a ello. El silogismo del modo de razonar se reduce a yo creo, yo digo, yo digo más, yo levanto más la voz y como que esto es así porque yo lo creo y lo afirmo, entonces la verdad es mía. Normalmente por ahora no se llega a las manos. Pero el cerebro queda neutralizado en el razonamiento.
Un cristiano no puede, no debe quedarse expectante ante ello. El principio de subsdiariedad nos obliga a todos. Tema ese señalado en la firma del 6 de junio de 2012 de ForumLibertas, titulada 'Educación y Sanidad, hoy'.
¿Qué es el principio de subsidiariedad hoy? ¿En qué catequesis de adultos se expone y estudia? Empecemos por ahí. Y sigamos por ahí. Y no solo en Educación y Sanidad sino en todos los ámbitos del orden temporal, éste que estamos llamados a construir en positivo aportando desde la radicalidad creída, afirmada y vivida del Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo. 
Marcel Mariner

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